Si concebimos a la cultura como un inmenso jardín, éste también debe tener su abono. Mucha gente hace cosas que no son espectaculares, radicales o ni siquiera interesantes; son sólo procesos digestivos. Combinan y prueban una gran cantidad de pequeñas cosas.
Si pensamos en la música de esta manera, es mucho más fácil aceptar que pueden existir muchas cosas que quizás no queramos volver a escuchar. Suceden y pasan y se convierten en el abono para que crezca otra cosa.Brian Eno