Trabajas en una pieza musical, le añades ciertos ingredientes e, improvisamente, estos reaccionan como no te lo esperabas. Si acoges esta reacción, se convertirá en el punto de partida de tu trabajo. Si eres estúpido, intentarás anularla.
Muchas personas tienen una idea tan fija de lo que debería ser el producto, que se niegan a aceptar cualquier desviación. Una y otra vez, intentarán meter la música en un molde hasta que tome la forma que ellos quieren. El resultado de todo esto es, generalmente, una música bastante poco interesante – o una cosa completamente insustancial.Brian Eno