Es ridículamente fácil amargarse en esta industria y tan difícil no tener algún pequeño resentimiento por el suceso de los demás.
El problema es que la envidia y la amargura son unos de los materiales más pobres con los que puede trabajar un compositor de canciones.
Una persona puede escribir una, quizás dos canciones sobre el tema y aunque estén bien hechas, probablemente nadie quiera escucharlas.
En algunas de mis primeras piezas musicales incluí insultos destinados a personas específicas y ahora me arrepiento de esos actos más que de cualquier otro de mi vida creativa.Jimmy Webb