Luego de un show en Nashville, James Brown me pidió que fuera para hacer la ingeniería de sonido de una sesión. Como no había vuelos disponibles, me metí en el auto y manejé derecho hasta allí.
Me llevó cinco horas llegar y cuando entré al estudio, James y los músicos ya estaban listos para grabar. Luego de grabar los cuatro tracks, antes de irme, James le dijo a su manager, “Dale a Ron el diez por cierto de esa última canción.”
La canción era “Sex Machine”, entonces firmamos el contrato de derechos de autor y ¡desde ese día he estado cobrando los derechos!Ron Lenhoff
James Brown era bien conocido por presentarse a las sesiones de grabación sin haber escrito ninguna canción. Simplemente traía una idea en la cabeza y cuando entraba, la improvisaba en el momento.
Como también podía tocar la batería y los teclados, sabía perfectamente lo que quería. Armaba un pattern con los músicos con el bajo y la batería y luego incorporaba la guitarra.
Todos los músicos habían trabajado con James por mucho tiempo, así que sabían muy bien lo que él quería. Una vez que la sección rítmica estaba lista, empezaba a trabajar con los vientos.Ron Lenhoff
Cada vez que James Brown hacía un concierto en, o cerca, de Cincinatti, venía a los King Studios por la noche y grababa tres o cuatro tracks en la misma cantidad de horas.
En el King contábamos con todo lo necesario para grabar, mezclar, masterizar, imprimir y etiquetar los discos, así que el producto final podía estar listo para su distribución en 24 horas.Ron Lenhoff